Como expresa el primer pensamiento, la libertad es el amor al prójimo y es lo primero que hemos perdido con las varias medidas impuestas, que han evidenciado el amor al poder de muchos líderes, que no es otra cosa que el amor al dinero, a sí mismos y a sus egos, expresados en actos y decisiones, en discursos que destilan soberbia, haciendo que los pueblos no creamos en los gobiernos e instituciones.

Si sumamos a esto todas las informaciones y asociaciones que evidencian alianzas de multimillonarios como Soros con todos los gobiernos extremistas de Socialismo del Siglo XXI, Comunismo extremo disfrazado (unido al narcotráfico), que avanza en los países que gobiernan, destruyendo las instituciones o intentando hacerlo, como en España con la monarquía, apoyando además el fraccionamiento de España con los gobiernos regionales que quieren independizarse.

Tratan de confundir al pueblo e introducir sus ideologías no solo cambiando leyes y jueces, lo más grave es la educación para lavarles el cerebro.

Atacan las religiones, destruyen todos los valores éticos, morales y vidas inocentes y apoyan el libertinaje como mensaje de libertad.

Destruyen la educación, la religión, la familia, asesinando por varios métodos a los ancianos y a los niños que ni siquiera los dejan nacer, los matan cuando son embriones.

Estamos viviendo un plan mundial de control de la humanidad, no solo de la economía, la salud, la vida, la educación y más, estamos perdiendo nuestras libertades, valores, creencias religiosas ante los nuevos amos mundiales que, uniendo por mutuos intereses el dominio comunista con los ricos y poderosos, los amos de las nuevas tecnologías y con ellas los amos de las nuevas generaciones, con lo que hacen los procesos de lavados de cerebros convirtiendo poco a poco en esclavos a toda la humanidad con las armas biológicas, las vacunas (con excepciones) y todas las armas tecnológicas de última generación en comunicaciones, información, moda y todo lo que sus millonarios recursos y asociados políticos les permiten.

Estamos viviendo una crisis mundial en todos los campos, no sabemos cómo superarla, a quien o a quienes creer, como nunca dependemos de nosotros mismos individualmente en búsqueda de soluciones y decisiones, pues las familias están divididas, la sociedad civil y las acciones por igual.

Solo nos queda Dios, para los que somos creyentes, pedirle que nos ilumine y proteja.

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