La Conferencia Mundial de las ONGs estaba relacionada con la Cumbre de la Tierra de 1.992, que se realizó en Rio de Janeiro.  Fue una cita vital para la supervivencia de nuestro planeta y sus habitantes.

El difícil desafío de lograr objetivos comunes con la amplia gama de participantes de diferentes culturas, idiomas, religiones y climas, constituyó en si mismo uno de los más ambiciosos pasos dados en este Congreso y ello se alcanzó porque los problemas son comunes en todo el planeta.  La destrucción de los bosques, la contaminación de las aguas y el aire, el calentamiento del planeta, la destrucción de la capa de ozono, la continua pérdida y desaparición de las especies animales y vegetales, los cambios climáticos, la necesidad y búsqueda de formulas para el desarrollo sostenido de los pueblos, la sobrepoblación, la desertificación, en resumen, las plagas que azotan nuestro planeta no hacen excepciones.

La Conferencia buscó intercambiar informaciones y experiencias entre todos para conseguir un desarrollo equitativo y ambientalmente sostenible, promover la creación de redes y solidarias entre las ONG´s, definir las estrategias para influir en “La Cumbre sobre la Tierra” y lograr un plan de acción de los ciudadanos.

Pude apreciar justo en los días próximos a la Navidad, el nacimiento de un nuevo orden, de una nueva era, la de la conciencia global planetaria y la de la necesidad de una acción conjunta, armónica y solidaria de todos los pueblos de la Tierra.  Las “Raíces del Futuro” se compenetraron con el planeta en París, cuán profundamente penetre en la Tierra y cuán extensa sea su red dependerá de las acciones de los hombres que desde las posiciones del poder político o del simple poder cívico del ciudadano, se den.

Lamentablemente han transcurrido más de 20 años y muchas de las expectativas y esperanzas se quedaron en eso.  La destrucción de planeta sigue casi igual y si consideramos las guerras, el terrorismo, revoluciones, hechos violentos, catástrofes naturales, confrontaciones, crisis económica mundial, fundamentalismos religiosos, migraciones, hambrunas, etc., tengo la sensación y percepción de que hemos retrocedido y que los países industrializados están más cerca a los del tercer mundo en lugar de haber ocurrido lo contrario y que las “raíces del futuro” no se afianzaron, más bien se debilitaron y vivimos en un mundo incierto con graves crisis por doquier y sin ningunas raíces fuertes que nos mantengan  en el camino a un mundo mejor.

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