“En nuestros tiempos la moral es más una moda que normas sobre el bien y el mal”.  Joseph Garzozi Buchdid Vivimos tiempos de cambios profundos donde la globalización también influye en la moral, convirtiendo a ésta más en una moda que en normas o puntos de vista sobre lo que está bien o mal.

Tenemos así que lo que está de moda en un país y es moralmente aceptable en el mismo, llega como moda a otro, en el que no es aceptable con las consecuencias y conflictos que esto crea.

Cada país, cada ciudad y cada sociedad se ven afectadas por estos vientos de libertad que tienen muchas cosas positivas, pero la fuerza que los impulsa crea corrientes negativas, convirtiendo la libertad, el libertinaje y la moral en modas.

¿Quién, cómo, cuándo y dónde establece las normas del bien y el mal de la moral?

Por un lado, las religiones, por otros las leyes, a las que sumamos las tradiciones y costumbres y la educación, crean en cada país y dentro del mismo en algunos casos, según regiones, provincias y estados, normas morales.

¿Cuál debería ser por tanto una norma universal de la moral?   Es muy difícil establecerla, pues lo que sería una falta de moral en la cultura musulmana, especialmente respecto a la mujer, seria todo lo contrario en la cultura occidental, al igual que lo que sería moral y bien visto en una tribu africana u amazónica probablemente no lo sea en otras culturas y países.

Considero que un referente podría ser la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la búsqueda ampliada dentro de los mismos de unos mínimos que establezcan unas normas morales orientadoras a nivel mundial especialmente en ciertas áreas.  Considero que cada ser humano, de una u otra manera, tiene su propia y personal forma de entender lo que es moralmente bueno o malo.

Esto puede, por ejemplo, significar que los abuelos tengan una moral, los hijos otra y los nietos y bisnietos una diferente.  Es probable que tengan puntos de convergencia y otros de divergencia, en ciertos aspectos y áreas especialmente en las modas.

Difícil es vivir en un mundo que pierda sus valores morales, donde todo vale por ejemplo a cambio de dinero, poder, fama, etc.  Esto nos lleva a que nada vale y a la decadencia y corrupción y una vez más al colapso de las civilizaciones, que la historia nos recuerda, pero muy poco aprendemos repitiendo los mismos errores.

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