Los tiempos marcan nuestro diario vivir, desde la niñez hasta la ancianidad; y en ese recorrido del tiempo existencial hay una fuerza poderosa que, de acuerdo a nuestra edad, condiciona nuestras vidas, esa fuerza motriz son los sentimientos.

Nuestra vida en su recorrido en el tiempo, marca nuestra formación, desarrollo, penas y alegrías, que forman nuestro carácter, personalidad y determina, en cada edad nuestro ser, hacer y la huella que dejamos en nuestro entorno; así como nuestro aporte en nuestra familia y su formación, en nuestra ciudad, país y resumiendo, en el mundo.

Los grandes actores de la historia de la humanidad, tanto mujeres como varones, por sus actuaciones y sentimientos, pasan a la historia en la dimensión mundial, como en nuestros días la Reina Isabel de Inglaterra. Destacando en cada campo del quehacer humano como ejemplos: medicina, ingeniería, política, deportes, artes, etc., así todo lo que nos haga mejorar como seres humanos en todos los campos y también en la convivencia ciudadana, ente países, continentes, religiones, razas, etc., en general en todo el planeta.

Vivir es sentir y actuar para bien propio y de la humanidad según los tiempos, manejando sentimientos de actuación en valores, entrega, solidaridad, progreso, etc.

Así escribimos nuestra historia personal, nacional, continental y mundial que se enmarcara en los tiempos y sentimientos de nuestra historia personal y colectiva.

Utiliza tu tiempo y sentimientos para bien tuyo y de tu familia, ciudad país y la humanidad.

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