Reflexiones sobre la edad
Por: Sonia Noboa R. - Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Cierto Día...
Amaneció un día como cualquier otro. Me levanté temprano y al volver mis ojos hacia el espejo, vi que me estaba mirando una vieja…. ¿Quién es? me dije… De pronto comprendí que era YO. ¡Oh Dios, soy yo!!!
Es que la vejez no es un proceso, como lo afirman todos…. Es que un día amaneces vieja!!! Entonces comienzas a cuestionarte si realmente tienes la edad que tienes, pues la has estado disimulando exitosamente hasta el día de ayer. Te acercas y te observas bien y ves igualmente que, de la noche a la mañana, te han asomado unas arrugas que no tenías y unas manchitas que tampoco. ¿Qué pasó?
Ayer estuve donde la modista y al tomarme las medidas me dio la supuesta buena noticia: -Ha rebajado 8 centímetros en el contorno de busto, dos en el contorno de brazo y también en el contorno de cadera y pierna!!!... pero en cambio, ha aumentado cintura….
-¡¡Diablos!! Exclamé, ¿por qué habré rebajado si no estoy haciendo gimnasia ni dieta?.... ¡qué suerte!!!...
Entonces te acosa la duda y te sacas la blusa y te percatas de que lo que ha sucedido es que has perdido esas turgentes redondeces de tus pechos…. Los rígidos músculos de tus brazos y piernas…. Y recuerdas que hace exactamente dos días, cuando estabas recostada viendo la T.V., sentiste unos dolorosos pinchacitos en una de las corvas… entonces corres a tomar un espejo para mirarte y gritas: ¡várices!!!... ¡son várices!!!
Luego con terror recuerdas que la semana pasada, le comentabas a uno de tus hijos: -¿Sabes que estoy con un dolor de la rodilla muy molesto, en especial cuando subo las escaleras?... Debo haberme golpeado sin darme cuenta.
-Váyase al médico mamá. ¿Para qué paga ese seguro tan caro si no lo ha usado jamás? -Eso es para cuando sea vieja! ¿Para qué lo necesito ahora?.... Y él se queda callado, sonreído, meneando la cabeza y mirando al cielo…. Entonces te dices: -Bobadas!!!!
Te metes a la ducha e inconscientemente te vas auscultando, acostumbrada a ver tu piel suave, firme y de un color uniforme y…. comienzas a encontrar cosas que hasta ahora no existían y cuyo significado ni lo conocías:
Flacidez, arrugas, manchitas (que generalmente le acusamos a la excesiva exposición solar)… Descubres que luces como una masa de pan leudando!!... Y exclamas: ¡Esto no tenía ayer!!!!.... y al salir del baño te cubres, pues ya no te atreves a caminar desnuda por tu casa, aunque estés completamente sola….
Llegas a tu dormitorio y observas de reojo la Bicicleta Estática y te percatas de que hace tiempo ha estado realmente “estática”, pues has comenzado a decirte: “¡Oh, qué pereza, mejor mañana!...”
Y, todo el universo se te viene encima cuando comprendes que en realidad, la vejez NO ES UN PROCESO… ella nos ataca sorpresivamente cierto día…. Justo ese día en que amaneces vieja!!!
Entonces entiendes que ha llegado el momento de aceptarlo, porque aunque te da ganas de correr donde el cirujano plástico, al gimnasio, al masajista, el estilista y todos esos magos que podrían evitarte enfrentar este momento…. decides que no lo harás porque seguramente te dirán:
-Pero señora, debió haber venido cuando cumplió los 55 años máximo… ahora ya es demasiado tarde.
-¿Cuándo cumplí los 55 años?.... Pero si eso fue hace poco…hace poco (al menos eso me lo parecía)
Y te quedas abrumada por un momento y por el resto del día… Mas por suerte, tenemos la noche que nos invita a reflexionar y comenzamos a recordar todos las situaciones que en forma socavada, nos fueron preparando para envejecer dignamente:
*Comenzamos a considerar por ejemplo que un auto, son sólo cuatro ruedas necesarias para llevarnos a……. sin importar el color, ni la marca, ni el precio, el año ni el diseño. Pues además, luego de conducir unas horas, sólo estamos soñando con llegar a casa.
*Que en este último tiempo, hemos preferido comprar una hermosa planta para el jardín, en lugar de un par de aretes o una pulsera.
*Que los nietos son una maravilla, pero no más allá de la tercera hora, pues ya comienzan a enloquecernos sus risas y sus travesuras.
*Que tus hijos son absolutamente dueños de sus propias vidas. Que no te necesitan más, ni tú los necesitas para seguir viviendo, por mucho que los ames y te amen.
*Que no hay nada más confortable que vivir sola, comer sola, ver la televisión sola, y hablar por teléfono todo lo que se nos antoje, sin tener a nadie reprochándonos.
*Que dudas mucho en aceptar una invitación a cruzar el océano, por muy tentador que resulte el paseo en el otro continente.
*Que dejaste de buscar las prendas de vestir más bonitas, para decidirte por las más cómodas.
*Que, a pesar de haberlo intuido tantas veces, llegaste finalmente a la conclusión de que el verdadero amor no es sinónimo de matrimonio, ni de sexo, ni de hijos, ni de posición social, ni de comodidad económica, ni de compañía para la vejez…. sino que el amor, es sólo sinónimo de amor sin lugar a dudas. Y que además, nada tiene que ver con la edad, la inteligencia, la belleza física, la religión, la astucia, el dinero ni el estatus.
*Que del mismo modo, la felicidad, no está en venir a este mundo para comer lo más sabroso, vestir lo más elegante, tener el mejor vehículo, pasar de lo más divertido y vivir en el espacio más sofisticado y lujoso. Sino, en haber logrado encontrarle el verdadero sentido a nuestra existencia.
*Que la mayor riqueza no se mide por el dinero acumulado ni los halagos recibidos, sino por los logros alcanzados a través de los esfuerzos y trabajos realizados, por los caminos recorridos, por los peligros sorteados, los obstáculos vencidos, los frutos obtenidos, por el amor entregado y, más que nada, por el valor de conservar los sueños a pesar de todo…. contra viento y marea!
Entonces, te recuestas al sol en una poltrona sin temer a las manchas, ni a las arrugas, la despigmentación, la resequedad…. ¡se acabó ese demonio de la prevención del envejecimiento!!!...... ¡Ahora YA eres vieja y puedes comenzar a vivir como tal!!!
¡Qué maravilla!, te dices. Ya no importa sino tu propia comodidad, felicidad y tranquilidad. Puedes comer lo que quieres, a la hora que quieres, salir al mercado, a las tiendas, al parque. Ver la TV. un día entero si así lo has decidido. Escribir a la media noche, madrugada, o en la mañana. Conversar y salir con tus amigas, que has logrado hacer muchas, verdaderas y muy queridas. Trabajar, si te gusta hacerlo…. Viajar si lo deseas, pues vas a comenzar en breve a tener descuentos en boletos de viajes y hoteles. Ya no tendrás que hacer largas colas en los bancos. Te cederán el mejor asiento, te dejarán pasar al palco del teatro y te saludarán con la cabeza y no con una señal…. Podrás quedarte en casa bordando, cosiendo, tejiendo, pintando…. Todo lo que quisiste hacer pero nunca te lo permitió el tiempo y la rutina diaria.
¡Definitivamente, al fin eres tú!.... Solo porque cierto día finalmente, amaneciste vieja!!
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