El primer pensamiento de Alejandro Dumas, en pocas palabras lo define muy bien.

El tiempo en cada persona tiene diferentes valoraciones, comprensión y sentimientos.

Estos están en función de la edad, conocimientos, religión, cultura y muchos otros, como razas, países, clima, etc. Por ello pienso y estimo que en cada país, ciudad y pueblo, el tiempo tiene variados criterios de apreciación, importancia y utilización.

En la cultura norteamericana el tiempo es dinero, (time is money), esto hace que el país se movilice y desarrolle a otro ritmo.

En la cultura latina, el tiempo tiene más influencia en el concepto felicidad. Así prefieren, dentro de las horas de trabajo, reservar un tiempo para el café, las tertulias y otras motivaciones.

Pero a todos, y sin abundar más en esta introducción, el tiempo nos pasa la factura o nos premia según como lo utilizamos en cada edad de nuestras vidas.

El tiempo bien usado te puede dar felicidad, seguridad y tranquilidad. Usarlo para el placer, las distracciones y cosas superfluas, podrá afectar nuestro futuro, salud y tranquilidad.

No es fácil indicar o aconsejar cómo debes usar tu tiempo, por como lo expresó Alejandro Dumas en el pensamiento que encabeza esta reflexión.
Así, cada individuo decidirá con su libre albedrio, pero mi consejo es de reflexionar en cada caso y circunstancia, las decisiones que tomamos.

Dejamos por ejemplo, postergar o cancelar una cita de negocios por asistir o ver en televisión un partido de futbol, porque eso nos hace felices.
Luego vemos que perdimos ingresos que necesitamos para superar problemas de salud.

Tú y solo tú decides el uso de tu tiempo, que si lo haces bien, equilibrando la felicidad con la responsabilidad, habrás sembrado resultados positivos en el pasado, tendrás frutos en el presente y tranquilidad y salud en el futuro.

El tiempo es el termómetro con que mides tu vida. Si tienes una temperatura normal, tendrás una vida feliz, segura y próspera.

Con temperaturas altas, probablemente afectarás tu salud, tu economía y también a tu familia y tus últimos años de vida.

Usa bien el tiempo, comenzando a tiempo en tu juventud y protegiendo así mismo tu ancianidad.

“Tu tiempo es tu vida”.

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