La Envidia
Por: Joseph Garzozi Buchdid - Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
De todos los pecados capitales, la envida es la más negativa, pues no beneficia ni gratifica en ninguna forma ni al envidiado ni al envidioso.
Fernando Diaz-Plaja en su obra “El español y los siete pecados capitales” nos dice que la envida es uno de los más frecuentes y el peor de los pecados, entre los españoles y yo añadiría y entre los hispanoamericanos y sus descendientes. Qué es la envidia, si acaso la podemos definir. Un sentimiento negativo que mezcla el odio y la frustración con los celos, produciendo un cocktail mortal que enferma y envenena el alma del envidioso.
Este último quisiera ser como el envidiado, pero como no puede, desearía su fracaso o destrucción, y en ese estado de ánimo puede actuar y reaccionar buscando la forma de afectar a la persona envidiada o también al objeto o cosa envidiada.
Si pues, aunque parezca contradictorio, también las cosas y objetos son sujetos de los ataques de los envidiosos que ni siquiera conocen al dueño o autor del objeto. Cuantas veces no hemos visto hermosos vehículos o propiedades rayados, agredidos por envidiosos que sienten rabia de no poseerlos.
Hay un refrán que dice: “La envidia del amigo, es peor que el odio del enemigo”. En ello se resume la intensidad y perversidad de este sentimiento.
Hay quienes piensan que la envidia es un halago para el envidiado, pues es un reconocimiento tácito del mérito o éxito de este. Puede ser así, pero es un halago con una enorme carga negativa, siendo todo lo opuesto a la admiración y el respeto. Existe también la envida colectiva, hay envidia entre pueblos, ciudades, gobiernos, equipos, instituciones, etc. Ello genera confrontaciones, afanes de destrucción y toda clase de hechos reprobables. Muchas de las acciones y actitudes de ciertos políticos están generadas por la envida y al atacar a sus adversarios envidiados quieren y buscan destruir o desprestigiar su obra, su comunidad, ciudad o país.
Como se puede concluir la envidia es un camino hacia la frustración, los complejos, los odios que destruyen y enferman al envidioso y no necesariamente afecten o sean conocidos por el envidiado.
Hay envidias entre pueblos, razas, religiones, etc., en diversas formas de expresión e intensidad de sentimientos.
Pero también decimos sentir una “sana envidia” y esto quiere decir que sentimos y deseamos ser como lo envidiado sin la carga y connotación negativa, lo que se podría traducir en admiración y deseo de emular lo envidiado, pero con la fuerza e intensidad que genera la envidia.
“La envidia es un veneno mortal, sin antídoto conocido, que mata lentamente al envidioso.”
Reflexiona si acaso estas envenenado o conoces quien lo este, busca el antídoto y si lo encuentras déjanos saber.
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