Con mucha preocupación y cierto pesimismo veo a la humanidad avanzando y progresando en muchas áreas como: la tecnología, comunicación y tantas otras en el campo material, pero retrocediendo en forma alarmante y preocupante en valores, responsabilidades, conciencia y visión de futuro, no solo en lo material, sino en lo espiritual, que nos diferencia de los animales.

Muchas veces nuestras acciones son más destructivas y menos responsables que la de los animales.

Hemos contaminado el aire, el agua y la tierra, es decir, los elementos que sustentan la vida de la humanidad.

El Dios dinero está por encima del ser humano, matar por un puñado de dólares es algo común en la política, las guerras, la delincuencia, el narcotráfico y la búsqueda de la riqueza, aunque vendamos venenos para conseguirla.

Ahora hemos retrocedido ciento de años de civilización, al observar como en Libia hay un mercado de esclavos y compra-venta de seres humanos.

¡Cómo asesinan a miles de seres humanos y los desalojan de sus tierras por diferencias raciales y religiosas!

¡Cómo miles de mujeres y niños son violados y utilizados en el tráfico del placer y sexo en el mundo, que es lo más miserable del comportamiento humano!

¡Cómo se multiplican las armas atómicas y de destrucción masiva para destruir millones de vidas, confirmando una vez más que nada hemos aprendido de la historia.

Todos estos actos, y muchos más, están encontrando respuesta en nuestro planeta, que nos sacude y castiga con desastres naturales como huracanes, terremotos, erupciones, lluvias y tormentas, inundaciones, sequias y usted añada las que recuerde, además de enfermedades, guerras e incendios.

La corrupción a nivel mundial es de tal dimensión que una limpieza y depuración mundial será inevitable.

La humanidad tiene que pagar el precio de sus excesos y barbaridades, ya se inició el proceso y nos esperan muchos cambios más para despertar, entender, actuar, para renovarnos.

Ojala los líderes políticos a nivel mundial estén a la altura de las circunstancias.

Concluyo con los pensamientos que enmarcan nuestra realidad:

“Nuestra verdadera nacionalidad es la humanidad”. H. G. Wells

“El hombre, cuando es animal, es peor que el animal”. Rabindranath Tagore

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