Por: Rosita Vallejo Garzozi

A mi querido primo,

Hoy has culminado una etapa importante de tu vida y estás por empezar una nueva y desconocida aventura. Para muchos el camino es claro y para otros es confuso y multidireccional.

Desde jóvenes cuando estamos frente a algo nuevo siempre nos invaden las dudas. Nos preguntamos cuál será la mejor opción, qué es lo correcto o lo más acertado. Existen tres tipos de personas ante esta incógnita. Las del primer tipo, a quienes la suerte parece nunca menguar. Las del segundo tipo, quienes se dan de bruces con la realidad las veinticuatro horas del día y las del tercer tipo, quienes meditan las cosas pero anteponen el corazón.

Tú perteneces al tercer tipo, porque escuchas a tu corazón aunque la razón te enliste sus porqués. En un principio la medicina era tu carrera ideal, es una de las tantas cosas en las que eres bueno, pero algo dentro de ti te llevó por el sendero de la música. Algo que tal vez se haya manifestado como un sentimiento o una sensación inexplicable, algo similar a un instinto, algo que se puede describir como una corazonada, algo que está impreso en la esencia de los artistas, por eso a menudo se los llama rebeldes, porque sus decisiones son atrevidas, arriesgadas y sin previa meditación. Algo que está dentro de uno y se lleva escrito con la tinta del alma.

En la vida siempre hay una lucha continua entre dos cosas: en lo que eres bueno y lo que te llena; y tú has sabido encontrar el equilibrio entre ambas cosas.

Recuerdo que de pequeña tú me hacías trucos de magia y yo era, y sigo siendo, tu mayor fan. En un principio eras un mago, en el ayer eras un músico y hoy un profesional, y no me cabe duda de que seguirás haciendo magia, tal como lo has venido haciendo todos estos años de diferentes formas y maneras. Nunca dejaste de hacer magia porque la magia tiene muchas definiciones, para un niño es fantasía, para un artista es el arte, la música, la poesía, y para un hombre el mundo porque ya ha alcanzado todas las montañas y llegado hasta lo más alto, para llegar a la conclusión de que la magia siempre estuvo en frente de sus narices.

Las personas pueden dudar de lo que dicen pero no de lo que sienten, porque…
“Sólo se volverá clara tu visión cuando puedas mirar en tu propio corazón, porque quien mira hacia afuera duerme y quien mira hacia adentro, despierta.”– Carl Jung

Eso prueba que la música es magia, porque es increíble cómo puede cambiar el estado de ánimo en segundos, es la esencia de la vida y eso te vuelve un mago. 

Concluyo citando unas palabras de Pablo Coelho.

¿Para qué debo escuchar a mi corazón?
“Porque no conseguirás jamás mantenerlo callado. Y aunque finjas no escuchar lo que te dice, estará dentro de tu pecho repitiendo siempre lo que piensa sobre la vida y el mundo.” – Pablo Coelho, El Alquimista.

Tu siempre escuchas a tu corazón y por eso no dudo que el futuro te guarda grandes cosas, estoy muy orgullosa de ti.

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