La Batalla por las Almas. 

Rudolf Steiner fue un genio que nació en Karljevik, en el territorio austro húngaro, región hoy dentro de la actual Yugoslavia. Vivió de 1861 a 1925. A fines del siglo pasado, preocupado por el creciente materialismo que comenzaba a absorber al ser humano, desarrollo una filosofía que podría encaminar al hombre hacia la percepción del mundo espiritual. La doctrina es conocida como Antroposofía (de anthropos = hombre y sophia = sabiduría). Enseña que el Universo es una expresión divida y está en continua evolución, y el hombre como parte de él tiene la oportunidad de desarrollarse hasta dominar todos los obstáculos materiales y regresar conscientemente hacia Dios. Rudolf Steiner fue un gran científico y filósofo, también un destacado arquitecto, pintor y escultor; escribió numerosas obras y fundó el sistema educativo Waldorf.

Invento el planteamiento agrícola llamado “agricultura biodinámica” y dio forma a la danza sagrada “euritmia”. Fue un gran clarividente y desde muy temprana edad podía ver, escuchar y comunicarse con seres espirituales. Su misión, la visualiza como una contribución al trabajo de San Miguel Arcángel, de quien fue un gran devoto.

Según Steiner, en los últimos 30 años del siglo XIX, en los planos astrales, se entabló una lucha entre las fuerzas oscuras de Ahriman y las fuerzas de la luz comandadas por San Miguel Arcángel. Steiner, siendo clarividente, vio que la lucha terminaba con una completa victoria de San Miguel, pero a consecuencia de esto, gran cantidad de entes demoniacos cayeron a la Tierra, lo que trajo como consecuencia que la presencia e influencia de estos fuera un obstáculo para el futuro de la humanidad.

Steiner percibió que los años subsiguientes serian terribles, pero llegarían a su fin con el triunfo de las fuerzas de la luz el amor reinaría en el corazón humano.

Las fuerzas oscuras tienen un propósito que es interferir en la evolución de la humanidad desviándola del camino espiritual que es el destino glorioso para el que fue creada. No obstante, todos podemos elegir nuestro destino, podemos alinearnos con los seres de amor que están prestos para auxiliarnos, o permanecer inertes y ser víctimas de las fuerzas que quieren apoderarse del planeta.

Leah A. Haley en Unlocking Alien Closets asegura que sus investigaciones le han confirmado lo que ya sospechaba desde hace décadas, que una guerra espiritual sucede en la Tierra. Es una batalla por las almas y solo acercándonos a Dios estaremos protegidos.

El científico canadiense Wilbert Brockhouse Smith (1910-1962), aunque es recordado especialmente por sus descubrimientos relacionados con el movimiento perpetuo y la corriente alterna, también hizo investigaciones en el campo del psiquismo, de la filosofía y de la religión.

Advirtió del peligro que existe porque la humanidad está en medio de un conflicto entre dos fuerzas, una de la oscuridad y otra de la luz. Esta lucha ha existido siempre, pero se está agravando más en estos tiempos por la avanzada tecnología que las fuerzas del mal usan para controlar la mente humana.

Ya no se trata solo de agresión física, sino que la batalla es para tener un dominio total sobre la mente, las emociones y las actitudes. Los seres benevolentes que ayudan a la humanidad, continuamente le transmiten pensamientos elevados de amor a Dios y al prójimo; mientras que el bando opuesto, las fuerzas del mal, tienen como consigna destruir al ser humano en todos los aspectos: físico, mental y espiritual.

Estas entidades se aprovechan de la televisión, radio, libros y de todos los medios de comunicación. Lo que percibimos en el mundo físico de dos bandos en lucha armada, con cientos de miles de muertos, es un pálido reflejo de lo que sucede en los planos invisibles; allí la lucha es por el alma. Los entes oscuros la desean para sí y los seres de amor que nos protegen luchan para que conservemos nuestra conciencia individualizada dentro de nuestra alma.

Incluso quienes pertenecen a diferentes campos de investigación nos hablan de la guerra que existe en los planos metafísicos y advierten del peligro de la apatía y descuido de la mente.

Vivimos momentos trascendentales, decisivos, donde tenemos que buscar la ayuda divina para encaminar nuestra fuerza mental hacia delicados pensamientos de amor a Dios y al prójimo, con sentimientos elevados, palabras que engrandezcan y que apoyen a los demás y con actos de ayuda humanitaria. Nunca como ahora ha sido tan importante que nos definamos, que nos alineemos conscientemente con los seres de amor que se esfuerzan por salvarnos.

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