Con el refrán, título de esta reflexión, y las tres frases célebres que lo encabezan, veremos como el refrán aplicado a los hombres se aplica igualmente a los países.

El más cercano ejemplo lo tenemos en América Latina, donde la comunista Cuba y los países gobernados antes y ahora por el Socialismo del Siglo XXI, confirman los mismos comportamientos que tienen con denominador común los siguientes procesos en diferentes niveles: dictatoriales, corruptos, incompetentes, destructores, divisores, demagogos irresponsables y más.

Comenzando en Cuba con más de cincuenta años de tiranía, siguiendo con Venezuela de Chávez/Maduro, Argentina de los Kichner, Brasil de Lula y Dilma, Bolivia de Evo, Nicaragua de Ortega y Ecuador de Correa que andan juntos y se solidarizan, condecoran y felicitan por sus abusos, su corrupción, sus arbitrariedades, la destrucción de sus economías, con alguna excepción, la división de la ciudadanía, la inseguridad, la droga y sus agotadores discursos autobombos y más.

Para fortalecerse con sus homólogos del resto del planeta como Mugabe, dictador africano, sanguinario y eternizado en el poder como los Castro, conforma el grupo de no alineados a nivel mundial.

Este grupo al parecer, con la denominación de “no alineados”, parece expresar que hacen lo que les da la gana a nivel mundial y en sus países, que tienen la desgracia de sufrir los errores, abusos y excesos de sus gobernantes.

Esto, visto en la forma sencilla de los ciudadanos, es como observar a un personaje cualquiera que presume de honesto, incorrupto y anda todos los días reunido y de la mano de narcotraficantes, sicarios, atracadores y quiere presumir lo contrario.

Las cifras, los procesos, las decisiones e imposiciones, los cansinos discursos que como dice la frase de Aldous Huxley sus siniestros deseos los disimulan con la nobleza de sus lenguajes, nos las grafica claramente.

Ciudadanos latinoamericanos, vean en los espejos de los países citados, con sus respectivos matices, para dejar de andar con ellos y más aún para no dejarse seducir por ellos.

Los derechos humanos y los valores universales nos guían y orientan, no nos dejemos engañar.

Concluyo con este pensamiento “la política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve a ellos”. Louis Dumur

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