Estos tres pensamientos nos sirven de introducción a nuestra reflexión sobre las nuevas, intensas y amplias adicciones a los equipos electrónicos: teléfonos, IPads, computadoras, internet, etc.

Digo amplias, pues comienzan en la temprana niñez y va creciendo en la edad adulta, con una enorme cantidad de adictos en la juventud, cubriendo todo el rango de edades en varios niveles, hasta la madurez.

Si nos preocupa y afecta profundamente las adicciones a las drogas, al alcohol, el tabaco, hasta las que consideramos más benignas como las adicciones al chocolate, la comida y otras. Todas estas se diferencian de las nuevas adiciones electrónicas, es porque las primeras tienen estudios, tratamientos y conocimientos de los daños que ocasionan a la salud de la humanidad, pero las últimas, para muchos ser humanos, ni siquiera las consideran adicciones.

Veo con profunda preocupación cómo los padres de familia se liberan del tiempo de atención y formación de sus pequeños hijos, entregándoles diversos equipos electrónicos, además del teléfono celular, y con ellos quedan automáticamente bloqueados, podríamos decir hipnotizados, dejando libres a sus padres en sus tiempos y actividades.

Estas adicciones electrónicas afectan las mismas partes del cerebro que las drogas y además al desconectarse los seres humanos de contactos personales y multiplicar los electrónicos, hemos creado nuevas formas de relaciones con graves consecuencias que aún no evaluamos.

Con estas nuevas adicciones los niños y jóvenes pueden establecer contactos peligrosos, recibir información inadecuada, reducen actividades físicas, deportes y otras, se apartan, exigen estar y tener los últimos equipos electrónicos y programas, en muchos casos perderán capacidad auditiva por el uso de auriculares con alto volumen, se aíslan del entorno, naturaleza, paisajes, arquitectura y otros aspectos, pues se concentran con todos sus sentidos en los equipos e ignoran lo que los rodea.

Adictos como son de estos equipos, son dominados y controlados por programas, juegos, mensajes, imágenes y mucho más, por lo cual son vulnerables a la manipulación como consumidores, como personas y mal utilizados por políticos y otras organizaciones que saben utilizar muy bien estos medios para cualquier fin o propósito.

¿Cuál es la nueva humanidad que tenemos y vivimos, hacia donde nos encaminamos como zombis electrónicos? ¿Cómo se están desarrollando las comunicaciones entre humanos? ¿Qué está sucediendo con lo que llamamos “la química de los contactos personales”?

No se cómo terminaran las adicciones, sumadas la droga, alcohol y equipos electrónicos, sin mencionar otras posibles combinaciones.

¿Nuestros sistemas de salud, educación y otros están preparados para las nuevas realidades y desafíos?

¿Alguien está pensando en las legislaciones y normas que más temprano que tarde habrá que implementar?

Concluiré con estos dos últimos pensamientos:

“La actitud inherente al consumismo es devorar todo el mundo. El consumidor es el eterno niño de pecho reclamando el biberón. Esto es obvio en los fenómenos patológicos, como el alcoholismo y la adicción a las drogas”. Erich Fromm

“Sencillamente me convencí de que por algún misterioso motivo yo era invulnerable y no me engancharía. Pero la adicción no negocia y poco a poco se fue extendiendo dentro de mi como la niebla.” Eric Clapton

Como corolario, las bebidas alcohólicas consumidas con mesura, sin excesos, son placenteras y agradables, en algunos casos saludables, lo mismo se aplica a las maravillas de las nuevas tecnologías.

Recordemos: “Todo exceso tiene su precio”. Joseph Garzozi Buchdid

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