¡La Letra con sangre entra!
Por: Sonia Noboa R.
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La tremenda tragedia que hoy enluta a nuestro país, nuestro corazón y nuestras conciencias –aunque siempre habrá quien trate de discutirlo y me llene de improperios por decirlo–es el haber permanecido en la inercia ante tanto vandalismo, despilfarro, corrupción y represión.
“La letra con sangre entra” era una aseveración que escuchamos los que ya hemos pasado del medio siglo de experiencia.
Pues es así que finalmente recibimos lo que merecíamos por superficiales, indiferentes, cómplices y encubridores de los nueve años de desaciertos de este Gobierno y su camarilla de corruptos: una lección que ha costado dolor, angustia, desesperación, desconcierto, impotencia… y muchas muertes innecesarias.
Y lo más triste, es que esta lección golpeó precisamente a muchos de los que permanecieron ciegos y sordos ante la lacerante realidad que vive nuestro país, nuestra economía, nuestra libertad.
A los que se acostumbraron a ser acólitos a sabiendas de que no estaban caminando por el sendero de la verdad, de la dignidad y el patriotismo. A quienes se prestaron para encubrir las mentiras, los atracos, los asesinatos, las persecuciones, los abusos. A quienes decidieron pasar de ciudadanos PRODUCTIVOS a mendigos del dinero del Estado. A ser objeto permanente de las dádivas, a veces hasta míseras, de un Gobierno paternalista por conveniencia…. no por generosidad.
No es pobreza, no es ignorancia…. ¡es liviandad!...Desgraciadamente en la historia de la humanidad, siempre han pagado justos por pecadores y eso ha sido lo peor que sucedió: ¡gente buena, trabajadora, digna y patriota, cayó también víctima de este suceso que nos ha sumido en el dolor a todos los ecuatorianos!
¿Teníamos acaso que sufrir esta horrible tragedia para reaccionar? ¿Teníamos que recibir una lección tan dramática? ¿Teníamos que llenar de vergüenza nuestro corazón para entender que estábamos siendo cómplices de nuestro propio desastre?
¿Fue acaso necesario experimentar en carne propia la inoperancia, incapacidad, insensibilidad, quemeimportismo de las instancias gubernamentales para darnos cuenta de que ESTAMOS SOLOS?.. ¿Que el Ecuador entero solamente cuenta con la fuerza, grandeza, solidaridad y decisión de su población civil que finalmente despertó a la realidad luego de muchas muertes innecesarias y anticipadas; mucho dolor, mucha sangre derramada? Pero que, aunque injusto, debemos aceptar que no será INÚTIL.
La ley del orden universal responde con sus sucesos “imponderables” ante la necedad del ser humano. ¡Tras tanta advertencia, finalmente esta dura LECCIÓN!
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