Las grandes expectativas y metas que espera alcanzar la Unión Europea se ven gravemente afectadas por los grandes desafíos, algunos inesperados y sorpresivos como el terrorismo, las migraciones, el cambio climático y algunos más como la crisis económica. 

Todos, de difícil solución, por cuanto requieren unidad de criterio y de armonía de decisiones con igualdad y equilibrio en los intereses y visiones de todos los países miembros.

Todo lo anterior evidencia más desunión que unión, partiendo de realidades que manifiestan divisiones dentro de los límites que conforman los propios países. La enorme burocracia y costos de la misma, como ejemplo, para solo manejar los idiomas de los países que la integran y las traducciones de todos los documentos, acuerdos y normas que las rigen. Este es uno de los problemas que requiere solución urgente para agilizar los procesos, especialmente el flujo de información de seguridad en todos los campos. Los cuatro idiomas oficiales podrían ser el inglés, el francés, el alemán y el español. Estos en razón no solo de sus influencias dentro de Europa sino de la conexión de Europa con el mundo. Las traducciones de estos idiomas a los de cada país deberían ser asumidos por ellos mismos.

Es imprescindible que las comunicaciones internas solo se manejan a elección de cada país en uno de esos cuatro idiomas. Asi se agiliza los procesos de información en seguridad, especialmente los que por urgencias requieran de decisiones inmediatas.

Los distintos niveles de desarrollo y las ayudas comunitarias para equilibrar diferencias deberían, en cuanto a procedimientos y aportes económicos, ser entregados de acuerdo a los compromisos y cumplimientos de los países receptores. Estos últimos no pueden recibir todo y cumplir únicamente los que les convienen y cuando les conviene.

La integración económica, el uso e implementación del euro y otros procedimientos financieros, administrativos deberían ser escalonados y en función de verificación de progresos logrados por cada país.

Es muy difícil, por no decir imposible en algunos casos, que los países de la Unión Europea cedan su autonomía y poderes a una autoridad comunitaria, no solo por sus propias y diferentes visiones e intereses, sino además por lo difícil que es para los burócratas de cada país perder empleos, ingresos y poderes.

Sería muy extenso, difícil y presuntuoso pretender decir y comentar más al respecto, son estas únicamente reflexiones personales que aspiran evidenciar el gigantesco desafío que enfrenta la Unión Europea.

Quizás un ejemplo a seguir sea el sistema de los Estados Unidos de Norteamérica, en cuanto el estado federal respeta ciertas normas y leyes estatales y sus espacios de acción, pero controlan e imponen las federales, obligatorias para todos los estados miembros sin excepción, siendo una de ellas la seguridad, que es en estos tiempos uno de los serios problemas de la Unión Europea.

Por el bienestar y seguridad mundial ojalá, en el menor tiempo posible, Europa tenga éxito en los campos que requiere para mejorar, fortalecer y consolidar su unión.

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