Esta definición individual y personal puede estar influenciada por una serie de circunstancias y características que rodean a la persona: influencia religiosa, familiar, cultural, de la ciudad o país, educación, modas, valores, que el medio en el que vive la persona, condicionan e influyen en su propia definición.

Pero hay algo más y esto es que la felicidad en nuestra propia y personal definición va cambiando con la edad, con las experiencias de vida y con una infinita cantidad de variables con las que crecemos.

Así una persona que considere que la felicidad se logra con la riqueza y el dinero puede encontrarse ante la realidad de una terrible enfermedad que no la puede superar con la fortuna que tiene y reflexiona pensando que seria feliz si gozara de excelente salud aunque no tuviera riqueza, cambiando así lo que considera felicidad.

La felicidad es un estado físico espiritual que no tiene una duración continua, las veinticuatro horas del día y todos los días del año mientras duran nuestras vidas. Son momentos a veces esquivos, breves pero con marcada y profunda influencia en nuestro ser y hacer.

Al fin y al cabo la vida no es otra cosa que la lucha y búsqueda diaria por ser felices. Quienes son creyentes y piensan que Dios es la felicidad absoluta a donde nos encaminamos, saben también que no podemos tener esa felicidad absoluta pues seríamos dioses.

El infinito que hay en cada ser humano y el enorme camino que recorremos todos los días, consciente o inconscientemente por encontrar en ese recorrido la felicidad, nos proporciona cada día lecciones memorables. Así con este ejemplo sencillo que vemos a continuación vamos a reflexionar sobre algunos aspectos de la felicidad. Alguien siempre quiso adquirir un carro, el vehículo de sus sueños, último modelo. Lo logra y qué sucede de inmediato después de tenerlo, se preocupa si lo van a rayar, robar, dónde lo guarda y finalmente con la primera factura del taller o fallas de vehículo, la felicidad que tuvo comienza a disminuir, pero aún cuando sale el modelo del siguiente año y el que adquirió ya no es ni significa lo que era en el entorno. Así es de relativa la felicidad y más aun cuando la buscamos en las cosas materiales.

Hay otra forma de entender la felicidad, según definición cuya autoría desconozco: “La felicidad es la carencia de miedos”. El ser humano enfrenta cada día a sus miedos que son diferentes según las edades, razas, religiones, naciones, etc.

En cada individuo superar los miedos efectivamente es una forma de alcanzar la felicidad, siempre relativa al ser más libres y gozar de tranquilidad.

Para los místicos, la felicidad está en alcanzar esos estados especiales y la cercanía a su Dios. Una expresión de Santa Teresa de Jesús lo define muy bien: “vivo sin vivir en mi y tan alta vida espero que muero porque no muero”, sobran los comentarios.

La felicidad que nos dan los diversos tipos de amores: el de pareja, padres a hijos y viceversa, amistades y hasta el amor a nuestras mascotas, pero aun estos son expresiones y momentos de felicidad.

Para unos la felicidad es la fama, para otros el éxito, el poder, otros buscan la felicidad en la riqueza, en las cosas materiales, en el conocimiento, la belleza, el arte, la salud, la sabiduría.

Lo único cierto es que la felicidad en esta vida no es constante, es mutante, es algo que no es igual para todos, es personal y a ti te toca pensar cual es para ti la felicidad, piénsalo y comparte tu definición.

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