“Se vive sin pensar, porque solo se piensa en vivir. Cada uno quiere vivir lo mejor posible, que es el modo de vivir todos muy malamente.”  Jacinto Benavente.

De los muchísimos pensamientos y frases famosas, he seleccionado las dos que encabezan este escrito y reflexión, de dos conocidos hombres de letras: García Márquez y Jacinto Benavente.

Los dos vivieron en épocas distintas pero han expresado en pocas palabras lo que deseo compartir con los lectores.

Desde los tiempos de los orígenes del hombre, éste luchó para sobrevivir; su vida transcurría en la lucha diaria para buscar alimentación y abrigo, es decir, para sobrevivir, valga la reiteración.

A medida que evolucionó y desarrolló su cerebro, la vida ya no era solo sobrevivir satisfaciendo sus necesidades básicas, el ser humano necesitaba cada vez más alimentos para su alma, su cerebro y buscaba, y lo sigue haciendo, ser feliz.

Lo increíble es que en pleno Siglo XXI y en una simplificación de los procesos, el ser humano vuelva, por la crisis mundial, a lo básico y elemental, a ver cada día cómo sobrevive, cubriendo sus necesidades básicas: alimentación y abrigo.

Millones de habitantes en los países desarrollados y en los que no lo son se levantan todos los días en busca de cómo alimentarse, dónde dormir, pues perdieron no solo sus trabajos o aún no han conseguido su primer trabajo, sino también sus viviendas en algunos países, pero han perdido algo más, que es lo más triste y desconsolador, su dignidad.

Son ciudadanos educados, preparados con diversas capacidades y edades, con sueños y como todos con los deseos de ser felices.

Si a esto sumamos las nuevas generaciones: los jóvenes preparados, que suman millones y no solo luchan por sobrevivir sino que buscan tener una vida y ser felices.

El más grande depredador del planeta, el hombre, no solo depreda su hábitat con su codicia, su cultura hedonista y su culto al dios “Becerro de Oro” - el dinero. Con un comportamiento de que todo vale para enriquecerse ha contagiado con la corrupción, muchos y en algunos casos todos, los sistemas que ha creado para su progreso.

Desde la empresa privada, a la pública, los gobiernos y sus actores, las religiones, los deportes y un largo etcétera, estamos en un proceso de regresión lamentable, con los contra valores superando a los valores, donde el ser humano se ha identificado con la frase: “El hombre es el lobo del hombre” y esto no puede continuar.

Felizmente hay esperanza, hay voces y actores, instituciones e individuos auténticos líderes sociales en todos los campos, que están luchando en esta crisis mundial, por cambiar las cosas y volver a los valores que cambiaron la vida de los humanos, de la básica supervivencia o sobrevivir a la vida civilizada con infinitas opciones y espacios, para que todo ser humano pueda realizarse y ser feliz.

Hay finalmente, una naciente nueva civilización del Siglo XXI, la sociedad civil globalizada e interconectada con las nuevas tecnologías, que moviliza a los ciudadanos, que lucha contra la corrupción y la codicia, buscan la libertad, la igualdad de derechos para todos y especialmente para las mujeres y niños, así como para los grupos más vulnerables y también por los derechos de la naturaleza y del planeta.

La nueva sociedad civil del Siglo XXI es la fuerza que marcará el rumbo de la nueva sociedad globalizada y mundial, no solo en campos económicos sino en valores, justicia social y libertad, entre otros.

Como ciudadano del mundo recomiendo a todos no caer en las trampas del miedo o del dinero fácil, porque más temprano que tarde, te verás luchando por sobrevivir en lugar de vivir.

No permitas que políticos, religiosos o empresarios manipulen tu vida y piensa, reflexiona y actúa. Entre todos podemos cambiar el mundo.

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