Reflexionando sobre Refranes III
Por: Joseph Garzozi Buchdid - Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
“Con la verdad como compañía se va a todos los sitios, incluso a prisión.” Refrán polaco.
¡Cuántas personas por decir la verdad o expresarla en comentarios o escritos y, aún más grave en denuncias documentadas, van a prisión, son juzgadas, encarceladas y lamentablemente en muchos casos ejecutadas o asesinadas!
Hay verdades que duelen incomodan, molestan, complican acciones y negocios ilícitos y por ello sus exponentes arriesgan su libertad, sus economías y hasta sus vidas al expresarlas.
Aun en los países con división de poderes y justicia activa y efectiva, decir la verdad puede ser un riesgo y esto no solo en el campo político.
Muchos empleados honestos han perdido sus empleos por decir la verdad, así como profesores y académicos y en todas las actividades de la vida. Muchas veces cuando tenemos conocimiento de algo delicado y grave, por ejemplo, en una relación de pareja decir la verdad a un amigo o amiga, nos sitúa ante un grave dilema y nos obliga a evaluar y analizar las consecuencias, antes de contar la verdad.
Por ello la vida nos pone a prueba muchas veces con verdades que no solo afectan a otras personas, sino que también nos complican y trastornan a nosotros mismos. Por ello pienso que la verdad nos obliga a reflexionar con hechos de terceros pero también con nuestra propia actitud y capacidad y evaluación de que es más sano para todos y más sabio en cuanto a minimizar el daño y mal que puede ocasionar callar o decir la verdad.
Estos son hechos de vida que nos generan debates internos y las voces interiores de nuestra conciencia y responsabilidad nos puede quitar el sueño.
No hay reglas claras ni fijas, que yo conozca, que se apliquen a todos los casos.
Las valoraciones no son sencillas, están valores morales, sentimentales, económicos, legales y otros por lo que la verdad sobre decir la verdad, valga la redundancia, es definitivamente en su primera instancia y circunstancia, una decisión muy personal y una prueba que nos forma y define.
Todo lo anterior expresa el por qué la verdad a veces tiene muchos rostros, dependiendo desde qué lado miramos, valoramos y sentimos y si solo vemos una parte de ella o toda.
La verdad puede ser también tu verdad, pero no la de otros.
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