El Islam, la Mujer y el Modernismo
Por: Joseph Garzozi Buchdid - Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Un motivo de irritación para los musulmanes es cómo Occidente trata el concepto del papel de la mujer en el mundo y sociedad islámicos.
El Corán exhorta: “Oh hombres, respetad a las mujeres que os han dado a luz”. Mahoma logró en su época elevar considerablemente la posición de la mujer concediéndole honores que la mayoría de las sociedades les negaban. Las mujeres recibieron derechos civiles y de propiedad, un adelanto avanzado y revolucionario en el mundo árabe.
Hay que reconocer que aún hoy los hombres se consideran “un punto por encima” de las mujeres. ¿Pero acaso eso mismo no sucede actualmente en el mundo occidental y acaso ello no es la causa del movimiento feminista? ¿Es la situación del Japón diferente? ¿O la de la población indígena andina y Latinoamérica? ¿Por qué aun hablamos del mundo machista en Latinoamérica? Es precisamente por ese punto arriba.
La realidad es que pocos musulmanes tienen más de una mujer aunque el Corán les permite cuatro, a condición que las puedan sostener y tratar igualmente. La diferencia es que en Occidente y en el mundo latino, oficialmente no se puede tener más de una, pero extraoficialmente si, aunque no se las pueda sostener igualmente ni se las trate con imparcialidad. ¿A todas luces somos menos auténticos y más hipócritas los occidentales?
En Arabia Saudita, no en el mundo islámico, no permiten conducir automóviles a la mujer, pero esto es una norma de un país ultra ortodoxo y no del islam. Los musulmanes desearían que Occidente conociera que las tradiciones y costumbres de cada país islámico tienen que ver con los gobernantes y clérigos de turno y no con el Islam, en lo relacionado particularmente al patrón de comportamiento de las mujeres. El Corán especifica la modestia y no ordena el uso del velo. Así el “chador” vestido tradicional de Irán, y otros similares en varios países, lo usan las mujeres aunque el Corán no diga nada al respecto. Muchas madres musulmanas progresistas están sufriendo actualmente con sus hijas que han vuelto al velo y los trajes típicos, rechazando la libertad de vestir a lo Occidental por lo que ellas lucharon. Pero algunas jóvenes actuales rechazan el concepto de femineidad occidental enfrentándose a las que, al contrario, quieren el cambio.
En cuanto a la modernización ellos consideran que su religión encaja en toda las épocas y culturas, pero lamentablemente no con sus gobiernos y clérigos fundamentalistas y dictatoriales. En el Corán no hay nada que indique que el Islam sea reaccionario o concebido para sociedades primitivas de los desiertos. El desarrollo y el cambio no son contrarios al espíritu del Corán, por el contrario este pone mucho énfasis en la búsqueda del progreso y conocimientos, pero darles esto a los pueblos significaría el fin de los poderes que controlan y por ello se producen los acontecimientos de la primavera árabe.
Lo que sucede es que muchos musulmanes piensan que el progreso y la tecnología occidentales, con miras a satisfacer exclusivamente necesidades materiales a costa de valores morales, terminan por destruir la estructura de la sociedad. ¿Usted qué opina sobre esto?
Así observan cómo la violencia, el crimen, los robos, violaciones, drogas, alcoholismo, aumentan en los países occidentales mientras estos son inexistentes en algunos países islámicos o mínimos en otros, por la dureza de las sanciones. Ellos consideran en cierta forma a Occidente una sociedad falta de autenticidad y decadente que no practica lo que cree y predica. Algunos países islámicos no quieren cosechar los frutos amargos de una acelerada modernización como la occidental y la experiencia pasada de Irán de la época del Sha Reza Pahlevi aún está fresca. Inmersos en esos criterios y temores, pierden lo más preciado: la libertad de pensar y en otros campos y función, viven en vehículos que marchan en reversa.
Finalmente hay otros aspectos importantes en lo relacionado a los tribunales de justicia y procedimientos de las cortes, donde el Corán establece limitaciones estrictas a dichas cortes. Así en casos de adulterio castigado con la muerte en algunos países musulmanes, se requieren cuatro testigos oculares como prueba para decretar la sentencia. Pero ello no justifica el bárbaro castigo.
En fin, no todo lo que nos cuentan y pintan en el cine, la televisión y la prensa es cierto, son interpretaciones generales referentes a los gobiernos y clérigos fundamentalistas y extremistas que buscan poder, control y confrontación sobre todo.
Al no valorar y vivir la libertad piensan imponer sus criterios retrógrados en los países libres del mundo donde actualmente viven imponiendo sus fanatismos en escuelas y colegios y en el convivir de las naciones y sociedad que los acogieron, eso no debemos permitirlo y debemos exigir apertura, respeto y libertad a los gobernante y países que imponen normas y leyes que no contempla el islam y su libro el Corán, en sus propios países.
En resumen, las dos civilizaciones cristiana y musulmana convivirán en paz si respetan la libertad, los valores expresados en la declaración universal de los derechos humanos y de los derechos de la mujer y de los derechos de los niños, como base y sustento mínimo de cualquier acuerdo.
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