Cada ciertos ciclos de la historia, el mundo se enfrenta a la locura de algún político mesiánico que en su ambición de grandeza, poder y fama, pone en movimiento una serie de elementos que conmueven nuestro planeta y producen acciones y reacciones de imprevisibles consecuencias.

En brevísimo análisis consideraremos algunas de tipo informativo, estadístico y otras de contenido económico, moral y filosófico.

Hace algunos años en la televisión americana CNN se daban estas cifras de lo que significó la movilización de la guerra en Irak que únicamente a los Estados Unidos supuso un costo de $10,500 por minuto, es decir, $15´120.000 diarios. Necesitaron transportar para sus tropas 7´500.000 galones de agua embotellada al mes. Uno solo de sus grandes portaaviones con sus más de 5.000 tripulantes requiere al día 20.000 comidas diarias.

Pensemos por un momento si actualizamos las cifras lo que esto significa en transporte, almacenamiento, procesamiento y servicios de alimentos y bebidas, ya que el área en la cual se encuentran las tropas prácticamente, en situación de guerra, no produce nada más que petróleo.

La situación crítica tan comentada y analizada en lo referente al precio del barril de petróleo y a las reservas existentes en los países árabes, significará una lección más para Occidente, obligando a las potencias a intensificar su búsqueda e inversión en desarrollos petroleros en otros países del planeta y a su vez a encontrar energías alternativas.

El choque con el mundo musulmán se dio, se da y se dará continuamente en la historia de nuestro planeta. El Islam y el Cristianismo obedecen a dos filosofías de vida distintas con sus propios valores y fortalezas, y para acercarse y fusionarse inevitablemente parece que lo deben hacer con el fuego y la química de las guerras.

Los pueblos árabes sin esperanza, horizonte, ni destino como los palestinos, buscan una salida y se volcarán apoyando al líder o movimiento fundamentalista, conmocionando a países como Jordania, el Líbano y todos los restantes donde se encuentren, incluido Israel.

Estados Unidos tiene tres frentes en esta guerra: el económico en un momento crítico de la economía y de su desempeño interno; la opinión pública dentro de Estados Unidos y mundial; y, una nueva carrera e inversión armamentista al perderse la esperanza de una convivencia pacífica en el mundo.

Occidente ganando la guerra en Oriente Medio y Asia la pierde igualmente en vidas y economía con daño moral y económico para todos.

La única salida posible que evite la gran tragedia es buscar la paz y el equilibrio, un cambio interno en los países que signifique la instalación de gobiernos de diferente tendencia y criterio y ello es difícil, pues los dictadores y fundamentalista de muchos años de guerra, ya no saben vivir ni trabajar en paz, su principal industria después del petróleo es la guerra y el poder militar y parecen seguir este objetivo y destino para su bien o mal y el de todo el planeta, que a partir de ahora deberá replantearse muchas políticas consensuadas que armonicen los difíciles equilibrios de intereses, fuerzas, visiones y acciones a nivel mundial, para encontrar la paz como solución y no la guerra.

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