Cada ser humano va desarrollando su propio mundo a partir de los conocimientos que adquiere y las circunstancias en las que desarrolla su vida.

Entendamos por circunstancias, el entorno que lo rodea, donde y como vive en el lugar que reside y las experiencias de vida y convivencias en el mismo.

Esto, que básicamente fue así, está cambiando dramáticamente por las nuevas tecnologías partiendo en sus tiempos, la radio y los libros, a los actuales de la televisión e internet y los modernos medios de comunicación telefónica, celular, audiovisuales.

Estos medios de comunicación e información de las nuevas tecnologías abrieron las ventanas del mundo a las poblaciones más aisladas y de difícil acceso. Originalmente los limitados mundos individuales se mantenían en los límites de sus pueblos, provincias y ciudades en el campo más amplio, el de sus países.

Hoy la visión, conocimientos y para entender el pensamiento de Ortega y Gasset “la circunstancia de los individuos tiene un horizonte mucho más amplio y otra perspectiva.”

Vivimos más de cerca las realidades nacionales, regionales y mundiales, no solo desde la observación e información de lo que acontece en el mundo, sino desde afectar en forma real los hechos en nuestras vidas.

Este último proceso se da porque nuestro mundo personal original se amplió con los diversos procesos de las migraciones que se han multiplicado en todas sus formas y entre todos los pueblos y naciones del mundo. Así, gentes humildes, sencillas y con poca formación de diversos continentes, solo para citar un ejemplo que grafica lo expresado: África cuyas diversas poblaciones de diferentes raíces raciales, religiosas, lingüísticas y culturales salen de sus pequeños mundos tribales, en muchos casos, a los sofisticados mundos de las naciones europeas entre otras, con los correspondientes “shocks” culturales y la magnitud donde su pequeño mundo personal entra en la órbita de un enorme y sofisticado mundo desarrollado con todos los desafíos que tienen que enfrentar.

Se dijo que el descubrimiento de América produjo el primer gran choque de dos mundos: el europeo y el americano.

Pero estos choques en los que se admiró la audacia de los conquistadores que enfrentaron lo desconocido en el nuevo mundo, no es menos cierto que guardando las proporciones, la audacia de los migrantes, que se enfrentan a las realidades y conquistas de los mundos desarrollados, dejando atrás sus pequeños mundos de origen, merecen el mismo calificativo antes indicado.

Con estos hilos de las nuevas tecnologías, aun las que se dan dentro de un mismo país, se está tejiendo el manto de las nuevas sociedades mundiales, con grandes desafíos por el cambio de las circunstancias y las afectaciones a los mundos personales producto de este multiencuentro de mundos que chocan entre sí para fusionarse y crear nuevas realidades de un nuevo mundo donde la globalización se impone en lo material, pero mantiene pendientes todas las asignaturas de adaptación, cambio, respeto y asimilación de las nuevas sociedades multirraciales, multiculturales, multireligiosas, y por ello con multiplicidad de problemas y desafíos ante el incipiente nacimiento del mundo planetario formado por todos los habitantes de la tierra y sus circunstancias.

Parafraseando a Ortega y Gasset podríamos decir: “Yo soy yo y los mundos en que vivo”.

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