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Por: Joseph Garzozi Buchdid.-
“El amor es el arquitecto del universo”.
“En la medida en que el sufrimiento de los niños está permitido, no existe amor verdadero en este mundo”.
“En la adversidad, las dificultades, las enfermedades, descubrirás quien te aman.”
“¿Hay un precepto que puede guiar la acción de toda una vida? Amar”.
“El amor es la fuerza más importante en el desarrollo de nuestra vida física, emotiva y espiritual”.
El último pensamiento de Ashley Montagu resume en dos líneas esta reflexión sobre la fuerza del amor. Como toda energía y dentro del concepto de la dualidad, la fuerza del amor en positivo, puede lograr muchas cosas, transformar el mundo para mejorarlo en valores, convertirnos en mejores seres humanos, darnos la felicidad tan anhelada por todos y nos permite crecer como seres humanos, acercándonos al amor perfecto del creador Dios, para los creyentes.
Pero así mismo, a su opuesto Satanás, si esa poderosa fuerza que es el amor nos lleva por el lado oscuro y negativo de la codicia, la corrupción y para lograrla, el poder mal utilizado la fama, el narcisismo, el sexo, el placer, las drogas, etc. Así lo expresa Charles Morgan: “El amor es una forma de sufrimiento. Es absoluto como la fe: es la razón de la vida y debe existir por sí mismo”.
Por: Joseph Garzozi Buchdid.-
“Todo hombre es como un cheque en blanco firmado por Dios.
Nosotros mismos, escribimos en él la cifra de su valor con nuestro merecimiento”.
“Los valores morales, entre ellos el respeto, la tolerancia, la honestidad, el trabajo, la lealtad y la responsabilidad, entre otros, surgirán y se inculcarán a cada persona, primordialmente, en el seno familiar”.
Vivimos en un mundo con una crisis de valores que está destruyendo el corazón que mantiene la vida, la armonía, la felicidad y el presente y futuro de las ciudades, países y el mundo en su conjunto. Ese corazón que bombea el flujo de valores que mantiene los equilibrios y nutrientes de principios y valores en la humanidad se llama “Familia”.
La decadencia actual y los poderes ocultos que quieren esclavizar y controlar el mundo, por su insaciable codicia y poder son los que tiene, como objetivo primordial, destruir la familia.
Por ello su afán de dictar normas y crear corrientes y tendencias mundiales sobre temas de la sexualidad humana con normas de género y control de la natalidad que los promueven, incentiva y condicionan a las naciones a nivel mundial para recibir ayudas económicas y otras en el campo de la salud, educación y desarrollo.
Con toda consideración, respeto y derechos que los grupos de gays y lesbianas se merecen, no es admisible que obliguen, eduquen y presionen a que todos se conviertan en gays o lesbianas, para evitar la sobrepoblación mundial y destruir a la familia en su origen y realidad natural.
Por: Joseph Garzozi Buchdid.-
“El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos”.
“El destino de los hombres está gobernado por sus acciones pasadas y presentes”.
Con los dos pensamientos que encabezan esta reflexión, iniciamos el desafío personal de un nuevo año y un paso más en nuestras vidas y el crecimiento o decrecimiento de la misma en nuestra superación, salud y sobre todo felicidad.
Todos los años nos deseamos mutuamente felicidades para el año que iniciamos, pues la felicidad, de alguna manera, incluye todos nuestros deseos: salud, riqueza, éxito, poder, fama y un largo etcétera.
Pienso, como creyente, que debemos iniciarlo dando gracias a Dios por los años vividos y lo bueno y malo que nos ha ocurrido. Primero que nada aceptando y entendiendo que no existe la felicidad total, absoluta y permanente ya que esta es una de las definiciones de Dios y nosotros no lo somos. Debemos agradecer lo bueno y lo malo que nos ocurra. De lo bueno porque crecemos y mejoramos y de lo malo porque aprendemos, corregimos y evitamos caer en la soberbia y prepotencia, reconociendo nuestras limitaciones y tratando de corregirnos y controlar nuestro ego.