Me dirijo a usted para felicitarle y agradecerle por su brillante iniciativa de abrir este innovador sitio web, que nos invita a pensar y al mismo tiempo, nos ofrece un espacio democrático de expresión que no impone límites de edad, raza, religión y nacionalidad, pues como usted bien lo manifiesta en la presentación de su página, el pensamiento es inherente a todo ser humano.
Desde los albores de la humanidad, estos pensamientos fueron traducidos a sonidos, palabras, pinturas, cantos, danzas, obras musicales y literarias. Esta es la base sobre la que se construye la historia de los pueblos y constituye el aporte que cada cultura ha dejado a su paso por el tiempo.
Sin embargo, este aporte necesitó de los elementos indispensables para expresarse y comunicar. Es así que se utilizaron materiales de diversas naturalezas: piedra, arcilla, trancos de árbol, piel de animales, instrumentos musicales y muchos más, hasta cuando los egipcios empezaron a usar el papiro y finalmente los chinos inventaron el papel, en los que se dejó constancia de tantos y maravillosos pensamientos humanos.
Con el devenir del tiempo, nacen varias teorías sobre el pensamiento, su trascendencia y razón de ser, como la duda metódica de Descartes (cogito, ergo sum) que se traduce como “pienso, luego existo” aunque debía entenderse como “dudo, luego existo” porque el ejercicio constante del pensamiento nos lleva irremediablemente a la duda. La duda conduce a la evidencia del yo pensante. Tras la duda, las respuestas y tras ellas la reflexión, descubrimiento, decisión, invención, creatividad y producción humanas.
Un pensamiento sin espacio de expresión, simplemente no existe sino en la mente del pensador. Es igual que la música, que no es música mientras no se emiten los sonidos escritos en la partitura. Los colores también carecen de sentido mientras no se los plasma en el lienzo.
Las culturas pueden fraternizar y lograr el reconocimiento de los otros a través de sus riquezas expresivas, hallando los denominadores comunes de su devenir histórico; reconociendo el nivel de desarrollo cultural, tecnológico y espiritual de las diversas sociedades y, de seguro, ese proceso encaminará a proyecciones innovadoras para un futuro de mayor entendimiento para la humanidad.
El intercambio de pensamientos tiende a construir, a superar fronteras, a estrechar los vínculos de hombres y de pueblos. El reconocimiento de la grandeza del otro, lleva a la afirmación del respeto y la necesidad de solidificar los nexos necesarios para hacer del sueño de la paz una hermosa realidad.
Pero la paz no es algo que flota en el ambiente.... Según lo afirman los budistas, la paz se encuentra en el mismo centro del corazón donde habita Dios en cada hombre, mientras que los científicos aseguran que está en la mente, generadora del pensamiento.
De ahí que, los espacios de expresión constituyen el elemento indispensable y obligatorio de su desarrollo. Hoy la tecnología ofrece ilimitadas posibilidades, entre ellas el Internet, como una puerta abierta al mundo.
Esto demuestra la importancia de darle a ser humano de todas las épocas, espacios de expresión de su pensamiento a través de los cuales pueda manifestar sus sueños, esperanzas, angustias, ilusiones, decepciones, necesidades, alegrías y tristezas, elementos que constituyen el entretejido de la vida.
Gracias una vez más por su generoso aporte al pensamiento.
Sonia Noboa Ribadeneira
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