El tiempo es el único capital de aquellos que sólo poseen la fortuna de su inteligencia.
Es un mérito bien raro saber juzgar con cordura los tiempos a que se pertenece.

Nunca he comprendido que los hombres ni los pueblos quieran volver a vivir una sola hora de su vida pasada.
Bien pasado está todo lo pasado.

Se dice que el tiempo es un gran maestro; lo malo es que va matando a sus discípulos.

El tiempo somos nosotros y no es posible detenerlo.
El mejor profeta del fututo es el pasado.

Nunca debe el hombre lamentarse de los tiempos en que vive,
pues esto no le servirá de nada. En cambio, en su poder está siempre mejorarlos.

El tiempo físico nos es extraño, mientras el tiempo interior es nosotros mismos.

No hay recuerdo que el tiempo no borre ni pena que la muerte no acabe.
Quien madruga con el sol no disfruta de la jornada.

No se puede, a la vez, ser y haber sido.

El tiempo es una cierta parte de la eternidad.
No hay ventaja alguna en conocer el futuro; al contrario, es doloroso atormentarse sin provecho.
No saber lo que ha ocurrido antes de nosotros es como seguir siendo niños.

Nadie puede cambiar su pasado, pero todo el mundo puede contarlo al revés.

Volver la vista atrás es una cosa y marchar atrás, otra.

Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro.

A quien más sabe es a quien más duele perder el tiempo.

El tiempo sólo se calcula por la felicidad o por el dolor.

Yo nunca pienso en el futuro; llega demasiado aprisa.

Los años enseñan muchas cosas que los días desconocen.
Grabad esto en vuestros corazones: cada día es el mejor del año.

El tiempo no perdona nada de lo que se ha hecho sin él.

Las horas son largas y la vida es corta.

La medida del tiempo está en nosotros.

El futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He aquí por qué se nos escapa el presente.

El que no lo pierde tiene mucho tiempo.

Si nunca pensamos en el futuro, nunca lo tendremos.

Un minuto que pasa es irrecuperable. Conociendo esto, ¿cómo podemos malgastar tantas horas?

Un momento puede hacernos desgraciados para siempre.

El día es excesivamente largo para quien no lo sabe apreciar y emplear.

Eso tiene el vivir aprisa, que las tempranas mocedades ocasionan anticipadas vejeces.

Tan corta como es la vida, aún la acortamos más por el insensato desperdicio del tiempo.

Para el hombre laborioso, el tiempo es elástico y da para todo. Sólo falta el tiempo a quien no sabe aprovecharlo.

Me interesa el futuro porque en él voy a pasar el resto de mi vida.

El futuro es algo que cada cual alcanza a un ritmo de sesenta minutos por hora, haga lo que haga y sea quien sea.

Más vale tarde que nunca.

Los relojes de arena no sólo recuerdan la veloz huida del tiempo,
sino también el polvo en el que alguna vez nos convertiremos.

Yo no sé quién fue mi abuelo; me importa mucho más saber qué será su nieto.

No paséis el tiempo soñando con el pasado y con el porvenir; estad listos para vivir el momento presente.

El futuro es la renta más cuantiosa de la imaginación.

El tiempo… excelente médico de nuestras pasiones.
Supone igual tontería llorar porque de aquí a cien años ya no viviremos,
que llorar porque no vivíamos hace cien años.

Podéis pedírmelo todo, excepción hecha de mi tiempo.

Solamente aquel que contribuye al futuro tiene derecho a juzgar el pasado.

Quien controla el pasado controla el futuro. Quien controla el presente controla el pasado.

El pasado y el presente son los medios, nuestra meta es el porvenir.
El tiempo amortigua las pesadumbres y las desavenencias,
porque en él cambiamos y nos convertimos en cierto modo en otras personas.

No recordamos los días: recordamos los instantes.

Tener tiempo es la posesión del bien más preciado por quien aspira a grandes cosas.

Los días son quizá iguales para un reloj, pero no para un hombre.
Lo mismo que el porvenir, el pasado no se saborea todo de una vez, sino grano a grano.

Aquel que se adelante al tiempo, morirá sin remedio; aquel que se atrase al tiempo, morirá sin remedio.
Hay un tiempo para ir de pesca y otro para secar las redes.

Los años son escobas que nos van barriendo hacia la fosa.

Dios creó el tiempo pero el hombre creó la prisa.

La barca pasa, pero el río queda.

Por mucho que disparemos contra el gallo, no por eso dejará de amanecer.

Añorar el pasado es correr tras el viento.

Cuando decimos que todo tiempo pasado fue mejor, condenamos el porvenir sin conocerlo.

Los que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo.

El reloj no marca nunca las horas para los dichosos.

La gente vulgar sólo piensa en pasar el tiempo; el que tiene talento… en aprovecharlo.
Los hombres superficiales tratan de llenar su tiempo, los sensatos lo utilizan.

El tiempo ha puesto muchas veces remedio a aquello que no ha podido ponérselo la razón.
No es que tengamos poco tiempo, sino que perdemos mucho.

El pasado es un prólogo.
El placer y la actividad hacen que el tiempo parezca breve.
En un minuto hay muchos días.
Malgasté el tiempo, ahora el tiempo me malgasta a mí.
Tan a destiempo llega el que va demasiado deprisa como el que se retrasa demasiado.

El tiempo gastado en reflexionar es una economía de tiempo.

Para los hombres, nada dura: ni la noche estrellada, ni las desgracias, ni la riqueza;
todo esto de pronto un día ha huido.

El tiempo es la cosa más valiosa que el hombre puede gastar.

El tiempo es justiciero y pone cada cosa en su lugar.

Es la más estéril y peligrosa utopía querer vivir del pasado.

Como el agua gasta lentamente la piedra, así el tiempo gasta los corazones.

Todas las tragedias que se puedan imaginar confluyen en una sola y única tragedia: el paso del tiempo.

Para todas las heridas del alma, por profundas que sean, el tiempo, ese gran consolador, tiene su bálsamo.

Cada noche morimos y cada mañana volvemos a nacer: cada día es una vida.