Muchos dicen que el amor se inventó solo para escribir poemas.
Otros se refieren al amor para justificar sus locuras.
Alguien afirmó alguna vez que el hombre no se enamoraría si no hubiera conocido esa palabra.
Se comenta que el amor pasó de moda, que su extinción es el precio que se tuvo que pagar para acceder al nuevo mundo globalizado.
Están los que lo creen como un invento del siglo XX para opacar el odio de dos poderosas guerras.
Dicen que es imposible morir de amor pero están los que afirman que vieron morir de amor.
Lo creen inevitable, irrepetible, con arrebatos de niño, con consejos de anciano.
Están los que lo creen utopía, pero al menos una vez en la vida se cuestionan si podría llegar a ser verdad...
Para mí el verdadero amor se da en la salita rosa del jardín de infantes. Se desata la pasión en la salita celeste y ya en la salita verde muere en un divorcio. Él se queda con unos caramelos y unos crayones y a ella le queda el títere y el alfajor.
Dicen que es ciego...Sordo...Mudo...Y eso es porque ve, escucha y habla desde el corazón.
Para el amor vale todo, comentan. Se pueden pasar límites en su nombre y perderse en él.
El amor mece la cuna, alguna vez todos fuimos bebés, en estado puro, alguna vez porque no, las promesas políticas, las leyes elementales y hasta las teorías más complicadas, nacieron desde al amor.
Un amigo me dijo alguna vez que jamás se encuentra el amor al 100%. Pero no creo en el jamás, si te interesa lo escribiré en otro cuento.
Escuché también que amor no es más que pasión ajena a todo tipo de competencia.
Dicen que el amor es dar y dar y dar...Mientras otros sólo están pensando en recibir.
Sinceramente, desde mi humilde punto de espectadora del mundo, para mí, el amor está, y el día en que nos dejemos de hacer los superados, los modernos en materia de amar y nos liberemos un instante vamos a descubrir que todo ese amor que llevamos escondido, muchas veces no exteriorizado por vergüenza o por temor a quedar desilusionado, es el que alimenta nuestras vidas.
Nunca es tarde para reconocer y aceptar que a todos, a todos, nos llega el amor.
Porque al amor desde nuestro día cero, cuando se unen papá y mamá y nos forman, lo llevamos dentro nuestro.